Think Tank de Tercera Posición Cientificista
La ciencia como guía del saber, el poder y la cultura
El cientificismo es la postura que defiende que la ciencia es la mejor herramienta que tenemos para entender la realidad y resolver los problemas que enfrentamos como humanidad. La ciencia no solo nos ayuda a descubrir cómo funciona la naturaleza, sino que también nos proporciona métodos confiables, basados en evidencia, para tomar decisiones acertadas. A diferencia de otras formas de conocimiento, como las opiniones cotidianas, las ideologías tradicionales o las creencias religiosas, la ciencia progresa, se autocorrige y busca acercarse cada vez más a la verdad. Esto se debe a que la ciencia no se limita a describir lo que vemos, sino que pone a prueba sus hipótesis, ajusta sus teorías cuando aparecen nuevos datos y mantiene una rigurosa verificación con la realidad. Por ello, el cientificismo propone que la ciencia no debe quedarse solo en los laboratorios, sino que debería guiar también nuestras decisiones políticas, nuestras normas sociales y nuestras costumbres culturales. Podemos distinguir tres formas de cientificismo: Cientificismo Epistémico, Cientificismo Político y Cientificismo Cultural.
Lee el texto «Cientificismo y la superioridad de la ciencia» de Piero Gayozzo.
Solo la ciencia puede mostrarnos la verdad del mundo y liberarnos de la ilusión de la superstición.
El cientificismo epistémico se refiere a la confianza en que la ciencia es el enfoque más confiable para conocer la realidad. Desde esta perspectiva, el conocimiento científico no es solo una forma más de saber entre muchas, sino que es la más precisa, la más coherente y la que menos se equivoca. Este enfoque sostiene que todo conocimiento debe estar conectado con la evidencia empírica y que solo la ciencia puede ofrecernos explicaciones que realmente describan cómo funciona el mundo. La ciencia progresa porque somete sus afirmaciones a pruebas constantes y es capaz de corregirse cuando se encuentra en error. Además, la ciencia es sistemática: sus teorías se relacionan entre sí, se complementan y forman un cuerpo de conocimientos con consistencia interna. Por esta razón, el cientificismo epistémico ve a la ciencia como la herramienta más poderosa para obtener un conocimiento fiable, muy por encima de la especulación, la tradición o la opinión popular.
Gobernar con ciencia: sustituir los dogmas por evidencia, eficiencia y verdad.
El cientificismo político lleva esta confianza en la ciencia al campo de las decisiones colectivas y el gobierno. Desde este punto de vista, las soluciones a los problemas sociales y políticos no deberían basarse en ideologías tradicionales, creencias populares o discursos partidistas, sino en la mejor evidencia disponible. El cientificismo político promueve políticas basadas en evidencia, gobiernos tecnocráticos y sistemas en los que los cargos importantes sean ocupados por personas con formación técnica y científica, no por políticos improvisados. En lugar de aceptar recetas ideológicas que muchas veces fracasan en la práctica, el cientificismo político apuesta por enfoques técnicos que busquen la eficiencia y la eficacia. En este sentido, propone desplazar la política tradicional para dar paso a una gestión pública informada por la ciencia y la tecnología. En última instancia, este enfoque busca resolver los problemas sociales como resolveríamos un problema de ingeniería: con datos, con modelos predictivos y con soluciones prácticas, no con discursos vacíos.
Cuando la ciencia se convierte en costumbre, la sociedad se eleva sobre la ignorancia
El cientificismo cultural propone que la ciencia no solo debe inspirar nuestras decisiones políticas, sino también transformar nuestras costumbres, nuestras actividades y nuestros objetos culturales. Una cultura científica es aquella donde las formas de ver el mundo y las formas de actuar están profundamente influenciadas por el pensamiento crítico, la curiosidad, la búsqueda de evidencia y el rechazo a la superstición y a la falsedad. Esto se refleja en la promoción de libros, películas, actividades y expresiones artísticas que transmitan valores como el escepticismo razonable, el amor por el conocimiento y las ansias de comprender y dominar la naturaleza. En una cultura científica, las prácticas cotidianas, como la salud, la alimentación o la educación, están guiadas por información verificada, no por modas sin fundamento. Las expresiones artísticas siguen patrones de tecnificación estética y abandonan la composición azarosa. El cientificismo cultural apuesta por construir sociedades donde el pensamiento científico no sea solo para los expertos, sino parte de la vida diaria de todos.