Think Tank de Tercera Posición Cientificista
Construir hoy el mundo que otros heredarán mañana.
El largoplacismo, o longtermism, es una filosofía que nos invita a pensar más allá del presente y a reconocer que el bienestar de las generaciones futuras importa tanto como el de quienes vivimos hoy. Sin embargo, la mayoría de nuestras decisiones suelen enfocarse en lo inmediato, ignorando los impactos a largo plazo. Desde esta perspectiva, el futuro de la humanidad podría ser vasto y brillante, pero enfrenta riesgos existenciales como guerras nucleares, pandemias o el mal desarrollo de tecnologías avanzadas. Por eso, proteger el futuro no es solo deseable, es un deber moral urgente. El largoplacismo nos llama a actuar hoy para reducir esos riesgos, impulsar la cooperación global y crear las condiciones para que las próximas generaciones puedan prosperar. En el fondo, nos plantea una pregunta esencial: ¿cómo podemos ser buenos antepasados?
Lee el texto sobre Largoplacismo de Piero Gayozzo.
El largoplacismo es una filosofía que sostiene que las generaciones futuras importan tanto como las actuales y que nuestras acciones hoy pueden tener un impacto enorme, incluso a miles de años. Si no nos parece aceptable dañar a alguien solo porque está lejos en el espacio, tampoco deberíamos ignorar a las personas simplemente porque están lejos en el tiempo. La humanidad podría tener un futuro inmenso, con millones de generaciones por venir y potencial para habitar otros planetas, pero este futuro no está garantizado. Vivimos en un momento histórico de cambios rápidos y grandes riesgos —como el cambio climático, las armas nucleares, las pandemias diseñadas y la inteligencia artificial mal gestionada— que podrían limitar o destruir nuestro potencial. Por eso, proteger a las generaciones futuras no es solo una idea abstracta, es una prioridad urgente.

Además de evitar catástrofes existenciales, podemos actuar hoy para influir positivamente en el rumbo del futuro: creando instituciones que representen a las generaciones futuras, asegurando que los valores que guíen a las tecnologías sean los correctos, y previniendo que ideologías dañinas se consoliden de forma irreversible. Aunque el futuro es incierto, eso no es motivo para la inacción. Al contrario, debemos profundizar en la comprensión de estos riesgos y buscar soluciones concretas desde ahora. El largoplacismo no es una visión única ni cerrada, sino una invitación a ampliar nuestra perspectiva moral y a trabajar activamente para que el futuro sea seguro y valioso para todos los que aún están por venir.
El futuro de la humanidad podría ser inmenso, albergando a trillones de personas cuyas vidas importan tanto como las nuestras. Sin embargo, ese futuro está en riesgo. Existen amenazas que, si no actuamos hoy, podrían truncar nuestro potencial como especie. Entre esos peligros están los virus mentales: creencias sin fundamento que nos alejan de la realidad, deterioran nuestra capacidad de tomar buenas decisiones y pueden incluso llevar a gobiernos a provocar conflictos armados. En la era de la Cuarta Revolución Industrial, las guerras impulsadas por estos errores podrían desencadenar catástrofes existenciales que amenacen la supervivencia de toda la humanidad. Si quieres entender cómo estas ideas se conectan y por qué es urgente actuar, te invitamos a conocer más en este video.
El envejecimiento, durante milenios considerado una condena inevitable, hoy es visto por muchos científicos como un problema que puede ser solucionado. Diversos laboratorios en el mundo, como Calico Labs (fundada por Google) y Altos Labs, están invirtiendo enormes recursos para descifrar los mecanismos del envejecimiento y encontrar maneras de ralentizarlo, detenerlo o incluso revertirlo. Aunque las soluciones definitivas todavía son experimentales, los avances en regeneración celular, eliminación de células senescentes y reprogramación genética ofrecen esperanzas concretas. Desde la perspectiva transhumanista, vencer el envejecimiento no es solo posible: es el próximo gran paso en la evolución dirigida de la humanidad.
Vencer la adversidad y los peligros de la naturaleza fueron una tarea titánica. Costó millones de vidas y cientos de miles de años transitar de las comunidades tribales hasta las grandes ciudadLa Nueva Eugenesia
es que hoy poblamos. Conocer los orígenes de la humanidad invita a conocer las razones detrás del paradigma postnatural. Ser humano implica conocer para crear tecnologías, curar enfermedades y vivir bien.